Después de trabajar toda mi vida en el ambiente corporativo, en ventas de diferentes empresas relacionadas a la tecnología, decidí darle un giro a lo que hacía y dedicarme a una de mis grandes pasiones… la Fotografía.
¿Por qué me encanta la Fotografía? Porque me ha dado muchísimas experiencias positivas, como el poder de recordar los momentos más felices de mi vida con las personas que más quiero y con algunas que ya no están; el poder de revivir los maravillosos viajes que he tenido la fortuna de hacer, no solo por la belleza de los lugares que he visitado, sino porque he llevado a otros a viajar conmigo a través de mis fotos; he tenido también el poder de regalarle recuerdos a muchas personas, pero sobre todo, de aliviar la nostalgia. Son recuerdos valiosos de nuestra vida, y nada los puede igualar. Para mí, las fotos son el único objeto material que vale la pena tener, porque a través de ellas volvemos a vivir.
¿Por qué decidí dedicarme seriamente a la Fotografía? Porque hace algunos años tuve la experiencia de estar del otro lado de la cámara, como “la modelo”, y me di cuenta de otro gran poder que tienen las fotografías: hacen que nos demos cuenta de la luz que irradiamos y de lo perfectos que somos, a pesar de las imperfecciones que creemos tener... esto es, porque lo que en realidad mostramos, es nuestra alma.
La Fotografía me da la oportunidad de captar tus emociones, el brillo de tus ojos, tus sonrisas espontáneas, pero sobre todo, de enseñarte realmente cómo te ven los demás...
